Pienso, luego existo
“¡Hola Juan Carlos! Qué bueno verte, cuéntame: como te va con tu empresa, que constituiste hace poco, con tus amigos de toda la vida. Hola Martha, a mí también me da gusto verte. Mal, el próximo mes cerramos. Pero, ¿qué paso? Bueno me deje llevar por la emoción de mis socios y mi ambición. Entonces los planes, no funcionaron. ¡Planes! No existieron, solo promesas e improvisación. “Solo el que no ve más allá de sus narices ignora que predecir los resultados exactos de una decisión de negocios es casi imposible. Para eso se necesita una bola de cristal”. (1) El 90% de empresas, nacen en base a: ilusión, vehemencia y pasión: Empero, sin ningún tipo de planificación, que dirija sus acciones en el mediano y largo plazo. Solo visionan el corto plazo y por ende, todos sus esfuerzos giran dentro de este. Cuando estos esfuerzos no surten efecto, los noveles emprendedores se ven sofocados y muchas claudican. Puesto que el forecast, no se cumplió y los costos fijos, ya consumieron